Las becas AMLO para estudiar en el Tec, la mejor universidad de México

Beca a tantos muchachos el carísimo Tec que está entre las diez 'universidades públicas' más grandes de México... ahora crecerá mucho más

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sdpnoticias.com

Por: Federico Arreola

El Diablo y Alva, los jefes de la gran institución

Desde hace rato la máxima autoridad del Tecnológico de Monterrey no es el rector, sino el presidente. Y no el del consejo –el famoso José Antonio El Diablo Fernández–, sino el directivo con mayor poder ejecutivo, en la actualidad don Salvador Alva.

Al presidente Alva le reportan varios rectores y decanos que hacen su trabajo en distintos lugares de México.

El Tec es una institución ya demasiado grande que, a pesar de su tamaño, no ha perdido calidad. Guste o no mis apasionados amigos que han estudiado en la UNAM, el Tecnológico es la universidad mexicana mejor evaluada en los rankings internacionales más confiables, el de QS World University Ranking y el de Times Higher Education.

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Universidad privada muy costosa pero con vocación social

La principal virtud del Tecnológico de Monterrey radica no en su calidad académica, que es de primera, sino en su vocación social.

El presidente López Obrador lo sabe y entendió que solo con una universidad –sí, con el Tec– podía firmar un acuerdo eficaz para apoyar a estudiantes brillantes pero sin recursos económicos.

Contaré una anécdota y Andrés Manuel no me dejará mentir. Hace muchos años, cuando él empezaba a destacar en la política nacional, se topó en un vuelo con el anterior principal ejecutivo del Tecnológico de Monterrey, Rafael Rangel Sostmann, quien era nada más rector, esto es, no le tocó disfrutar la dicha inicua de mamonamente ser llamado “presidente”.

Ya no abaratemos la palabra

El cargo de “presidente” se usa en todas partes –hasta en el Club de Leones; vaya, está tan abaratado el concepto que inclusive SDP Noticias tiene un “presidente”, y no, no soy yo: me derrocaron, pero esta es otra historia que algún día, cuando me invada la depresión, contaré.

Tal vez habría que pactar informalmente entre todos los mexicanos que dejemos el título de “presidente” solo al titular del poder ejecutivo. Entiendo que se depreció severamente el concepto con los anteriores gobernantes: EPN, indebidamente, compartió el poder con su secretario VidegarayCalderón hizo tan mal trabajo cuando se disfrazó de héroe de guerra que, para todos los mexicanos, era “presidente” solo en la medida en que le gustaba el Brandy así llamado; y Fox, me consta, a quienes se dirigían a él como “señor presidente” les exigía ser demócratas y darle un trato de cuates: “Díganme ‘pinche Chente’, así debe ser”.

Pero hoy que México tiene de nuevo un presidente fuerte y respetado, debería AMLO ser el único con ese título: presidente López Obrador. ¿O es mucho exigirle a la vanidad de don Salvador Alva que sea nada más un rector?

AMLO y Rangel Sostmann

Pero contaba que hace años Andrés Manuel se topó en algún lugar público –creo que en un aeropuerto– con el rector Rangel Sostmann, ya retirado, pero que fue el verdadero constructor del gran Tecnológico que hoy opera prácticamente en todo México; lo afirmo como un elemental acto de justicia, sin ánimo de grillar al presidente Alva.

Rangel Sostmann saludó a López Obrador y le presumió alguno de los proyectos del Tec. Cuando más entusiasmado estaba el rector hablando del buen funcionamiento de la universidad que encabeza, López Obrador le dijo: “Deberían apoyar a más estudiantes sin recursos, como a fulanito de Tabasco que es un genio pero que, por pobre, no tiene manera de continuar su preparación”.

Rangel Sostmann tomó nota de los datos del muchacho –Andrés se los dio incompletos, por lo que el Tec tuvo que realizar una investigación para encontrarlo–, y en efecto se comprobó que era simple y sencillamente un estudiante de excelencia, y de inmediato se le becó.

El rector Rangel no hizo nada extraordinario con ello: ya tenía el Tecnológico de Monterrey un amplio y muy desarrollado programa de becas que partía de investigar a los aspirantes, es decir, de conocer su trayectoria académica y su situación económica.

Son ya tantos los muchachos becados que esta institución privada podía presumir de estar entre las diez universidades públicas más grandes de México. Es decir, estudian más muchachos sin recursos en el carísimo Tec que en muchas de las gratuitas universidades estatales de México.

Las becas AMLO

Ese programa de becas crecerá ahora. Andrés Manuel propuso a los jefes del Tec –El Diablo Fernández y Salvador Alva– un programa de becas mucho más grande, en el que la institución aporte recursos y el gobierno también.

Ha crecido tanto el Tecnológico en todo México que podrá recibir a miles de nuevos estudiantes becados. Es una muy buena noticia para nuestra sociedad.

Si lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas, los recursos del Tec se quedan en el Tec

Antes de concluir trataré de explicar la razón fundamental del enorme crecimiento del Tec: no es un negocio al que sus propietarios le saquen dinero, algo que muy pocas universidades privadas mexicanas pueden presumir, o tal vez no pueda hacerlo ninguna además del Tecnológico.

El Diablo me corregirá si estoy equivocado, pero creo que él fue quien me contó hace bastantes años, cuando no era tan diablo, que desde sus orígenes, por decisión del fundador, don Eugenio Garza Sada, los recursos del Tecnológico solo pueden invertirse para mejorar al instituto o para crecer. Esto es, se trata de dinero que no financia otros negocios. Vale decir que no el Tec no es como, por ejemplo, las Universidades Icel, cuyo propietario, Jorge Nacer, logra beneficios que destina a otros proyectos, como el diario El Economista.

¿De dónde sale el dinero del Tec? De lo que pagan los estudiantes que pueden permitirse ese lujo, de las aportaciones de empresarios de todo México y de programas de financiamiento como el Sorteo Tec que durante décadas ha sido más eficiente que la Lotería Nacional; alguna vez el presidente Zedillo, para mejorar la situación de la Lotería, quiso ponerle obstáculos al Sorteo Tec. De ese tamaño era –tal vez siga siendo, no lo sé– su éxito.

La Lotería y el Tecnológico

A propósito de lo anterior, una sugerencia a Andrés Manuel: he escuchado que va a desaparecer la Lotería Nacional, seguramente porque cuesta más de lo que genera en recursos para “la asistencia pública”. Entiendo que se fusionará con Pronósticos Deportivos. ¿Es buena idea? Aunque se trata de juegos de azar en ambos casos, Pronósticos me parece que fomenta más la peligrosa adicción llamada ludopatía, ya que implica un proceso de adivinación o cálculo que en la Lotería es imposible.

Tal vez debería el presidente López Obrador, en lógica del despreciable neoliberalismoprivatizar la Lotería para que la administrara el Tec. Sus directivos son excelentes y honestos y sabrían cómo volverla a convertir en un referente.

Es una pena que la Lotería ya no funcione. Cada final de diciembre me muero de envidia cuando leo en la prensa española sobre El Gordo –no un funcionario tan lleno de vida como Agustín Carstens, sino el premio mayor de la lotería española–, que es un evento que verdaderamente cautiva a la opinión pública, algo que en México ni el Teletón con todo su aparato mediático logra hacer.

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