Naufragio frente a San Diego desnuda red internacional de tráfico de migrantes
Tres muertos y siete desaparecidos
En Línea Baja California
SAN DIEGO.- Una tragedia con rostro binacional e implicaciones globales emergió de las aguas del Pacífico este lunes, cuando una panga utilizada presuntamente por traficantes de personas naufragó frente a la playa estatal de Torrey Pines, al norte de San Diego. La embarcación transportaba migrantes de distintas nacionalidades, entre ellos mexicanos e indios, y era parte de una operación de contrabando coordinada por una red transnacional de tráfico humano, según las autoridades estadounidenses.
El saldo oficial hasta ahora es de tres personas muertas, cuatro heridas y siete desaparecidas, entre ellas una niña de origen indio de apenas 10 años. El hermano de la menor fue hallado sin vida, mientras que cinco ciudadanos mexicanos han sido detenidos en relación con el intento de cruce irregular, dos de ellos en la playa y tres en seguimiento a las investigaciones.
Los migrantes habían partido en la madrugada desde Baja California, desafiando un fuerte oleaje y bajas temperaturas marítimas. La embarcación, de poco más de seis metros, fue encontrada volcada en la arena con pertenencias esparcidas. Las condiciones eran peligrosas: olas de casi dos metros y una alerta activa del Servicio Meteorológico Nacional para embarcaciones pequeñas.
Este tipo de cruces no son nuevos. En 2023, otro naufragio similar frente a las costas de San Diego dejó ocho personas muertas. Sin embargo, el patrón reciente indica una mayor sofisticación de las redes criminales, que ahora incluyen rutas aéreas, marítimas y terrestres, y enganchan migrantes desde Sudamérica, Asia y África, quienes llegan a México para intentar cruzar a Estados Unidos por vías cada vez más arriesgadas.
La Guardia Costera de EE.UU. suspendió la búsqueda de los desaparecidos después de 28 horas de operación, al considerar mínimas las posibilidades de supervivencia. Mientras tanto, organizaciones civiles en ambos lados de la frontera, como Border Angels y la Red Rápida de Respuesta en San Diego, han condenado la criminalización de los migrantes y exigido políticas más humanas para atender las causas de fondo del fenómeno migratorio.
Autoridades estadounidenses continúan investigando a la célula internacional de tráfico humano responsable del traslado de los migrantes, cuya logística ha operado anteriormente desde la costa de Baja California. Se presume que la red cobra miles de dólares por persona y recluta coyotes en comunidades fronterizas, algunos incluso menores de edad.
Esta tragedia evidencia, una vez más, cómo la desesperación de familias enteras es aprovechada por estructuras delictivas que operan sin fronteras, mientras la región binacional sigue sin una solución estructural para el fenómeno migratorio. El mar, que divide pero también une a México y Estados Unidos, se ha convertido en un escenario trágico de la movilidad forzada y la indiferencia internacional.
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