
Agencia NP
Tijuana.- Las deportaciones masivas impulsadas por las políticas migratorias de Donald Trump ya comienzan a impactar de manera directa al sector de la construcción en Estados Unidos, según el Instituto de Política Económica (EPI), el país enfrenta un déficit de 3.7 millones de viviendas, mientras los costos de la mano de obra se disparan ante la escasez de trabajadores.
Especialistas del EPI señalan que las deportaciones no solamente afectan a la persona migrante y a su familia, sino a la economía del país vecino en general, y la ausencia de trabajadores migrantes ha provocado retrasos en proyectos y encarecimiento en los precios de construcción.
“Más de una cuarta parte de la fuerza laboral de la construcción en EEUU es migrante, ya sea en situación regular o irregular, en estados como Texas y California, la proporción alcanza hasta el 40%, lo que hace evidente la dependencia del sector hacia esta mano de obra”, señalaron.
De cumplirse la meta de Trump de un millón de deportaciones al año, los especialistas consideran que la mano de obra del sector caería de manera considerable y esto generará no solo más aumento en los precios de las viviendas, sino un efecto en cadena que afectará a instalaciones y acabados.
El impacto no es hipotético, ya que “durante la primera administración de Trump se constató que la escasez de trabajadores migrantes elevó los precios y redujo los permisos de construcción y ahora las empresas no se arriesgan a iniciar proyectos que no podrán terminar por falta de trabajadores”, reportó el EPI en su último informe.
Además, en el informe se prevé que la escasez frene la generación de empleo en otros sectores relacionados, considerando que “cuando falta la mano de obra en obra negra, todo lo demás se detiene: acabados, instalaciones eléctricas y plomería. Es una cadena que afecta al trabajador migrante y también al estadounidense”.
Finalmente, señalaron que el encarecimiento del sector ya se refleja en el mercado inmobiliario con menos viviendas, precios más altos y menos empleo, consecuencia directa de una política migratoria restrictiva, por lo que advierten que hay una amenaza con ampliarse si no se replantean las estrategias actuales.



